Con anterioridad a la irrupción de la pandemia del Covid-19 el fenómeno del Legaltech ya se había instalado con fuerza en EEEUU y en Europa. Sin estar familiarizado con el término, más de alguno de nosotros debió haberlo escuchado en alguna charla o visto en algún artículo legal, estamos hablando de una nueva área del derecho que llegó para quedarse e irrumpir en todas las demás sin distinción.
En simple, el Legaltech es el uso de tecnología aplicada a nivel de soporte, procedimientos o comercialización de servicios legales, haciéndolos más rápidos, transparentes y eficientes. Hoy el Legaltech se aplica en software o servicios online que reducen o eliminan la necesidad de consultar con un abogado; software o servicios online que aceleran las tareas de un abogado, reduciendo la mano de obra y/o número de horas necesarias; y, software o servicios online que simplifican y modifican la forma de contactar entre abogado y cliente, entre otros.
Lo interesante del Legaltech es que apunta en dos direcciones, por un lado, el uso de la tecnología en el entorno legal ayuda a los abogados a desarrollar ciertas tareas con mayor rapidez, reduciendo costos y tiempo; y, por el otro lado, se crea un canal de ayuda a los clientes para ingresar con mayor facilidad y transparencia al ecosistema legal, sin intermediarios. Esta orientación al consumidor, a la experiencia, a la inmediatez es lo que distingue al Legaltech respecto de los servicios legales tradicionales.
Entonces, para adaptarse a lo que viene, ¿cómo deben ser los abogados del futuro?